Y volver a desgastar el suelo en cuatro tiempos y me invites tú a bailar

Tras todos estos meses de telón bajado, volvemos a ponernos a los pies de un escenario, con más fuerza y emoción que nunca. Y quién mejor para inaugurar este reencuentro que los chicos de Siloé, llegando desde Valladolid para remover a ese gran público leonés que les acogió con todo el cariño que transmiten y que en estos tiempos que corren, necesitan, haciendo un sold out de la sala.

El telón rojo del gran Teatro San Francisco se abrió bajo esos acordes que nos acompañan a sustituir la última de Chaplin por champagne, poniéndonos en situación, recordándonos que sin ninguna duda íbamos a disfrutar cada minuto del show.

Y por mucho que nos canten eso de que no tienen nada que no podamos tararear, durante la hora y media no paramos de cantar todos esos paseos por cada uno de sus discos, volviendo a sus orígenes, a los instrumentos más tradicionales, a quedarnos con ellos, a contar aullidos.

Y ya puestos a escarbar y remover el pasado, dentro de las diferentes formas de amenizar los cambios entre canción y canción, Fito nos confesó cómo y dónde fue la primera vez que él subió a un escenario. Y queridos amigos, nunca hubiéramos imaginado que el Molly Malone de León nos tuviera tanto guardado; así nos cuenta la voz del grupo, que con sus 16 años tuvo que hacer frente a una pequeña actuación de un exgrupo leonés, y no como cantante si no a los mandos de una guitarra, acompañando a viejos amigos y tomándose alguna que otra cerveza a escondidas.

No podemos dejar por el camino los cambios de micro con esos cortes de guión de películas tan reconocidas, sus improvisaciones tan espontáneas y naturales, su acercamiento con el público, su carisma innato. Porque volvimos a la vida una vez más, porque no sabéis la vida que nos dais.

Cuando pensábamos que no podían caber más sorpresas, se lanzan a cantar por Miss Caffeina, comenzando así un cambio de ciclo del concierto para lanzarnos de lleno a una pista de baile de la mano de “Sigo pensando en ti”, “Medita y ven” o “Súbeme al cielo”. No lo vamos a negar, a más de uno nos entraron unas ganas locas de levantarnos de los asientos y comenzar a bailar como si no hubiera un mañana.

Y así cerramos este “primer” concierto de la temporada, recordándonos con cada canción el por qué nos gusta tanto este trabajo.

Crónica y fotografías por Elena Silva.